miércoles, 15 de septiembre de 2010

...

Oí las pisadas de sus pies descalzos bajar las escaleras. Eso significaba que no tenía pensado salir de casa en toda la mañana, pero no me importo, el paseo no habría sido en vano, como muchas otras mañanas me invitaría a quedarme.
Era agradable poder tener una conversación interesante y el era una de las pocas personas de este sitio con la que se podía entablar tal conversación. Nos pasábamos las horas charlando en su cuarto. Hablábamos de todo, nunca de un mismo tema. Por eso me resultaba tan estimulante, porque cada día compartíamos nuestras opiniones y aprendíamos algo nuevo el uno del otro.
No era como otros amigos, tenía algo especial. Quizá su naturalidad era lo que le diferenciaba del resto; No escondía como era, se mostraba natural como la vida misma, no ocultaba nada porque no le parecía tener nada que ocultar.
Cualquier persona que tuviese el placer de llegar a conocerle como yo le conocía, acabaría enamorada de él…Exactamente como me había ocurrido a mí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario